Homenaje a Mirta Vanni: Un legado que surcará los cielos eternamente

La Fuerza Aérea Uruguaya honra a Mirta Vanni, pionera de la aviación nacional, quien el pasado sábado se unió a la escuadrilla del silencio. Su partida deja un vacío significativo en la historia aeronáutica del país, pero su legado, forjado con coraje, dedicación y visión, perdurará como una fuente eterna de inspiración para las futuras generaciones de aviadores.
Nacida en Carmelo en 1924, Mirta Vanni comenzó su fascinación por la aviación a una edad temprana, observando los aviones que volaban en su ciudad natal. Esa pasión temprana la llevó a romper las barreras impuestas por una sociedad en la que la aviación era un dominio predominantemente masculino. En 1941, Mirta se convirtió en la primera mujer piloto profesional de Uruguay, un hecho que marcó un antes y un después en la historia de la aviación nacional, demostrando que los sueños, cuando se persiguen con determinación, pueden alcanzar nuevas alturas.
El camino de Mirta hacia la aviación no fue fácil. Tras mudarse a Montevideo, donde pudo seguir su sueño, comenzó su formación aeronáutica a los 16 años. Su primer paso fue como enfermera de avión, y posteriormente, con becas para pilotos amateurs, se inscribió en el Aeroclub, obteniendo su brevet de piloto y convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo en el país. Este logro pionero no solo abrió puertas para ella, sino que también pavimentó el camino para muchas otras mujeres que aspiraban a volar.
A pesar de los obstáculos que enfrentó, como el rechazo en la aerolínea nacional PLUNA, Mirta nunca permitió que las dificultades la detuvieran. Su fortaleza y determinación la llevaron a encontrar una oportunidad en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), que había adquirido aviones para fumigar los campos afectados por plagas. Allí, su habilidad como piloto y su conocimiento técnico la posicionaron como directora del Servicio Aéreo del MGAP, siendo la primera mujer en ocupar este puesto.
Mirta fue pionera en la aviación agrícola en Uruguay. Su trabajo en la capacitación de pilotos agrícolas y en la realización de misiones internacionales posicionó a Uruguay en el mapa de la aviación agrícola mundial. Entre sus logros más destacados se incluye la operación de traer aviones desde Estados Unidos para fumigar los campos uruguayos, cruzando el océano en vuelo directo. Además, su intervención en las históricas inundaciones de 1959, donde participó en el traslado de personas y medicamentos para salvar vidas, es recordada como una de las muchas ocasiones en las que demostró su valentía y dedicación al servicio de la comunidad.
Mirta acumuló más de 7.000 horas de vuelo a lo largo de su carrera y fue reconocida en numerosas ocasiones, tanto en Uruguay como en el extranjero, por su contribución al desarrollo de la aviación. Fue condecorada en diversos países como Argentina, Brasil y Estados Unidos, y dejó una huella imborrable en la historia de la aeronáutica nacional. Su legado no solo se mide por sus logros profesionales, sino también por su papel como mentora e inspiración para nuevas generaciones de aviadores y aviadoras.
A lo largo de su vida, Mirta Vanni se destacó no solo como piloto, sino también como mecánica de mantenimiento de aviones e instructora de vuelo. Su valentía, pericia y pasión por la aviación la convirtieron en un referente. El 3 de enero de 2024, en un emotivo homenaje realizado en el aeropuerto de Melilla, se celebró su centenario, un evento que reunió a autoridades aeronáuticas, familiares y amigos, quienes destacaron su legado y su gran influencia en la historia de la aeronáutica en Uruguay.
Un vuelo histórico y un tributo a la aviadora
Un reconocimiento aún más profundo a Mirta Vanni se dio en 1995, cuando, como parte de un homenaje a las mujeres aviadoras, la Fuerza Aérea Uruguaya decidió invitar a una aviadora nacional a realizar un vuelo en un avión de combate a reacción. Esta iniciativa se planteó en el contexto de conmemorar la femineidad en la aviación, y la figura de Mirta Vanni fue la elegida para representarlo.
El 21 de febrero de 1995, Mirta Vanni subió a bordo de un Cessna A-37B Dragonfly perteneciente al Escuadrón Aéreo N.° 2 (Caza), convirtiéndose en una de las pocas mujeres en pilotear un avión de combate. Este vuelo histórico, realizado en la Brigada Aérea I de Carrasco, fue un acto de reconocimiento a su destacada trayectoria, y el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Tte. Gral. (Av.) Raúl V. Sampedro, fue uno de los responsables de esta invitación. Mirta, siempre profesional, se preparó adecuadamente para el vuelo, que incluyó maniobras acrobáticas, pasadas en vuelo bajo y un aterrizaje exitoso.
Al regresar, Mirta recibió un diploma certificado del vuelo y un pañuelo de seda del Escuadrón, mientras entregaba un cuadro alegórico al May. (Av.) Walter Martínez. Este momento marcó un reconocimiento profundo a su aporte a la aviación y su legado perdurable.
Un legado eterno
La Fuerza Aérea Uruguaya rinde un sincero homenaje a Mirta Vanni, una mujer que surcó los cielos con valentía, pasión y profesionalismo. Su ejemplo de vida seguirá guiando a todos aquellos que aspiran a alcanzar nuevas alturas en la aviación. Descanse en paz, Mirta Vanni, su vuelo ha sido largo, pleno y, sobre todo, un vuelo que nunca se olvidará. Su legado perdurará en los cielos que tanto amó, inspirando a todos los que seguimos su ejemplo a continuar desafiando las fronteras y a conquistar los cielos.